Suelta la perfección, solo entonces serás libre.
La perfección encajona. La perfección paraliza. La perfección pone límites a la Creatividad Universal. La perfección esclaviza.
Por eso nos venden perfección, para atarnos. La obsesión por ser perfectos es lo opuesto a Ser.
¿Notas ese nudo en el estómago? ¿Sientes ese peso en tus hombros? ¿Te molesta la rigidez en tu cuello? Es el egregor de la perfección alimentándose de tu energía.
¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si abandonaras la idea de la perfección? Si tu propósito fuera simplemente…Ser ¿Te has planteado qué ocurriría si solamente fueras Tú en cada respiración?
Recuperar y mantener esa conexión con nuestro corazón es el aprendizaje. A eso hemos venido, a ser fieles a nosotras mismas y a desplegar todo nuestro potencial.
¿Has reflexionado alguna vez sobre quién eres? ¿Quién eres una vez apartas de tu mente todas esas imágenes de perfección que nos han inculcado?
¿Cuándo eres tú misma? ¿Cuando meditas? ¿Cuando cocinas? ¿Cuando sales a correr? ¿Cuando estás con tus amigas, con tu familia? ¿Cuando ves el amanecer? ¿Cuando escribes? ¿Cuando trabajas? ¿Cuando creas?
Quédate con ese momento, siéntelo, sé consciente de las sensaciones que te provoca, los olores que te evoca, los sonidos…Deja que esa sensación te envuelva.
Una de las grandes maestrías de esta vida es sentirnos así siempre, ser nosotras siempre. Conectarnos con nuestro corazón en cada respiración. ¿Cómo sería tu vida si actuaras desde este lugar de conexión y seguridad?
La idea de perfección es una de las muchas trampas en las que caemos y que nos aleja de nuestra Esencia. Cuando somos nosotras mismas nos convertimos en personas sumamente poderosas y creativas.
Por eso nos han vendido una idea de perfección absurda y limitada. Para que se nos vaya la vida detrás de ella y se nos olvide ir hacia nuestra propia vida.
Te invito a que conectes con tu maravillosa Esencia. Inspira, llevando el aire y tu conciencia al corazón, expande tu pecho. Espira sacando el aire desde tu corazón. Así varias veces.
Ahora, pregúntate: ¿Cuándo eres tú misma? ¿Cómo sería tu vida si fueras tú misma más a menudo? ¿Qué te impide serlo? ¿Qué necesitas para lograrlo?
Si lo deseas, estaré encantada de acompañarte en este viaje de autodescubrimiento.
Simplemente escríbeme.
1 comentario